TIC
TAC
TIC
TAC
La misma sensación de siempre tras ver una película de
amor.
Suspiro.
Ilusos. No hacen películas de la chica mala. Quizá porque
nadie las quiere. Quizá porque no existen. Quizá porque nadie quiere que
existan.
Tan poderosa y tan frágil. Contradictorio, ¿no?
Adictiva. Droga. Te mata. Por desgracia el deseo supera
al miedo de encontrarte con una de ellas.
La imaginación deja de estar bajo tu control. La has
visto tantas veces que te está volviendo loco. Demasiada intriga para tantas
ganas. Dale otra calada a ese cigarro de la risa. Ahora solo quieres sentir.
Fingir que la tienes. Parece que puedes tocarla. Parece que puedes morderla el
cuello. Se te desvanece, igual que el humo en tu garganta.
Una chica mala, que te haga quebrarte la cabeza. Intenta
comprender cada palabra que se desliza por tus sábanas; cada silencio que
revienta tus oídos; cada falso gemido. Lo sabes, te encanta. Quieres más. Adictiva. Droga. Te mata.
No hacen películas de la chica mala. No se encuentran
fácilmente. Pocos tienen la desgracia de disfrutar de ellas. Demasiado
complicadas. Demasiado impredecibles. Demasiado poderosas. Demasiado frágiles.
Nunca demasiado arriesgado.
Una historia de película. Sin segundas partes. Indefinida.
Sin principio, ni final. Parando el tiempo. Sólo…detenlo. Para ti. Para tu
chica mala. Para que deje de ser una imaginación y te invada inútilmente.