Sí, moriríamos. Todos morimos tarde o temprano, pero entonces nos mataría la propia vida.
Porque al fin y al cabo, ¿qué es vivir? No lo sé, ¿tú lo sabes? Claro que no. ¿Felicidad, placer? – un mundo lleno de hedonistas estaría bien – como definición de vivir.
Pero yo no me refiero a nada de eso, hablo de vivir de verdad, o al menos, lo que empieza a significar para mí. Hablo de arriesgarte y hacer lo que realmente queremos hacer, con miedo, para luego perderle y reírnos de él... Y eso solo se puede aprender de dos maneras: la primera, a base de golpes; la segunda, dándole la mano a alguien y dejar que te lleve.
Y como no me gusta darme golpes, dame la mano.
"Tú me llevas..."