sábado, 29 de diciembre de 2012

Oasis

– No puedo correr más, mis piernas no son tan fuertes como las tuyas. Ni siquiera sé si existe, si es real... – dijo Caperucita
– Solo un poco más, ya casi hemos llegado al lago, te va a encantar – insistió El Lobo
– Llevamos tres meses corriendo, huyendo, diciéndome lo mismo Lobo...

– Confía en mí, vamos a llegar. Total, no pierdes nada, ¿no?
– Supongo... Pero ya hemos pasado muchos lagos y no paramos en ninguno
– Éste será el lago más bonito que jamás verás – dijo El Lobo tomándole la mano a Caperucita
Caperucita miró las manos entrelazadas, enredadas, demasiados nudos.
– Lo siento Lobo, yo me quedo aquí, estoy cansada de correr sin rumbo – le soltó la mano, y se fue.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Yo era más feliz cuando los sugus azules sabían a Coca-Cola


Y cuando las canciones no hablaban más de la cuenta,
y cuando nada recordaba a nada,
y cuando no había mundo a partir de las 12,
y cuando no escribía para no pensar...

Y me caí en un charco....y no llovía, al menos no mojaba, y me sumergí en un mar de olores dulces... y mi vida llena de contradicciones repentinas, de pensamientos extremos, de 0 a 100 en noches de Noviembre...

jueves, 22 de noviembre de 2012

Felicidad-es

Hoy, en tu día, por ser la única que siempre has estado, que eres capaz de explicar el sentimiento más irracional. 
Me acompañabas de la mano sin ni siquiera darme cuenta; ahora no puedo vivir sin ti. 
Puede parecer un cliché, pero si no vienes conmigo, voy vagando tan vacía... Porque me llenas más que cualquier cosa o persona.
Para lo bueno, lo malo, y lo peor...




La única mujer que se ofrece sin pedir nada a cambio, de forma ilimitada... música.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Untitled

¿Qué ocurre cuándo todo te cansa, cuando has dejado de sentirlo, cuando no soportas ni tu propia rutina, ni siquiera a ti y a pesar de todo, cualquier cambio te descoloca? Nininininini: BLOQUEO MENTAL: vamos a escribir... Todo irrita, incluso lo poco que antes no lo hacía, pero (ya) es tan fácil evadirme y pasar... 
Estás ahí...leyéndolo, por casualidad, sin motivo aparente, porque por lo visto, en "esto" todo vale y puestos a decir la primera cosa que venga a la cabeza, ahora digo no, ahora digo que sí, ahora digo lo que tú quieras... ¿y qué? ¿No te gusta?
Por lo visto es una moda lo de tener 1000 caras y mostrarlas todas a la vez, suena divertido desconcertar a la gente. "Supera esto, no serás capaz" - sale por los altavoces... 
Después de todo, de estar seguro, de tener las cosas claras, da la vuelta el mundo y ¡oh, qué inesperado! Ya ni me importa. Enhorabuena, he superado esto y he sido capaz
Ahora que controlo mi gravedad y decido dónde perderme... Me voy a comer el mundo y todos los helados que existan; ya, ya lo sé..en Noviembre...un helado no es lo más coherente, pero ¿desde cuándo hay algo coherente aquí?

sábado, 20 de octubre de 2012

Incandescentes

Voy,
incandescente,
entre el polvo de lo nuestro
que me enciende y me apaga,
a embestidas voy tragando,
me matas, te mato.
Y en nuestro universo,
astronauta de mis lunares
como meteoros fugaces
ardiendo, en el vacío,
incandescentes...

Baile en espiral

Tropecé,
con la punta de tus zapatos,
me subías, bailábamos, me llevabas...
Y en el baile en espiral
las sirenas nos miraban...
Qué facil parece ser inmortal
mientras nadie conoce la próxima canción

jueves, 11 de octubre de 2012

In-ESTABILIDAD

Recuperando estabilidad.... Porque ya no pesas. Me abrazo al edredón si tengo frío, me pongo los guantes si se me congelan las manos, y los labios se cortan por el viento del invierno, y me río de la situación, porque ahora sí que puedo reirme y alegrarme de esto. 

No quiero escribirte, no voy a escribirte, pero supongo que algo tendré que hacer con esta cabecita que es como es, tan inestable como cuerda aparenta. Y si queremos ser imprevisibles... Todos podéis daros por aludidos. O ninguno.

No estoy melancólica, ni triste, ni con remordimientos, ni con miedo, ni mintiéndome como antes... y qué alivio. Está bien volver a la estabilidad después de un caos que has aprendido a controlar... y qué divertido es, y cuánto me gusta(s). Ya puedo gritarlo.

Estoy llena. Llena de mí y de nadie más. Llena de ganas, de errores, de estupideces, de llantos de risa, de situaciones de dos, y de uno... y qué pena que no sepas apreciar cuánto me quiero.

Nadie tiene la culpa, ni siquiera tantas barreras que ninguno se preocupa de saltar, porque la tranquilidad de uno mismo es lo que tiene prioridad, pero aquí nada acaba, solo comienza de nuevo de manera distinta a la anterior, y que así siga...

"Hoy todo lo de más, es lo de menos"

domingo, 2 de septiembre de 2012

Bienvenido, como siempre.

Hola, otro año más estás aquí, nos volvimos a encontrar. 

Has vuelto a sembrar el caos. Acabas de llegar y todo el mundo habla de ti. No sé por qué la gente te aprecia tan poco, a mí me gustas. No te preocupes, yo sé quererte. 

Cada año me sorprendes más, pero en ciertos aspectos, nunca cambias.
Ya hay menos luz de lo habitual, y  atardeces más temprano.  Te llevas el calor asfixiante y dejas las tardes con la temperatura justa para pedirte la chaqueta. 
Cambias el helado que congela los dientes por el café que me quema la lengua. 
Los parques se quedan vacíos de niños, de palas y de pelotas, para dar cobijo a los más enamorados.
El cielo cambia de color y compañía; su azul se vee inundado por pájaros que buscan lugares menos fríos, y las cometas se recogen para hibernar. 
Ya no hay terrazas ni gotas que recorran vasos de refrescos.

¿Y aún crees que son pocos cambios?

Mis manos vuelven a congelarse para poder guardarlas en tus bolsillos, o en tu espalda, y mi piel se pone de gallina con más facilidad. Los labios se cortan sin querer, y todo empieza a reclamar el calor que antes tenía de más. 
Dormir solo con una camiseta empieza a ser insuficiente, y las sábanas ya no  son un estorbo.
Recupero la noción del tiempo. Las tardes de domingo reaparecen y con ellas, todas sus consecuencias. Traes el orden a mi cabeza, cambias los hielos por los libros, las pajitas por los bolígrafos y recuperas a todos aquellos que habían desaparecido, o lo intentas.


Tienes el poder de arreglar lo que se rompió en los meses que ardían. Ofreces segundas, o terceras oportunidades. 
Las marcas del sol en la piel comienzan a borrarse, y con ellas, las quemaduras del verano también se curan, igual que los recuerdos malos, y buenos; es como empezar de cero, a mitad de una estación. 


Me prometes no contar a nadie lo que veas cuando las tardes oscurecen, es nuestro secreto. 
Los abrazos recuperan su sabor, y no hay brazos vagabundos sin ser correspondidos. Volvemos a sacar los calcetines, cogemos las chaquetas y las niñas dejan de enseñar las rodillas bajo sus faldas. 

Muchos no te quieren porque no saben todo lo que significas, todo lo importante que puedes llegar a ser, pero como siempre, yo me he fijado en ti, por tener todo lo que nadie sabe apreciar, todo lo que quiero.

Como siempre, bienvenido, Septiembre.



lunes, 27 de agosto de 2012

Sin corazón


Posiblemente no entiendas nada de lo que decimos si no has estado en nuestra piel o has entrado en nuestro caos sin pensar en las consecuencias.

Somos diferentes al resto de mortales, y quien nos ha probado, lo sabe.
No queremos sufrir más de la cuenta, no queremos amar más de la cuenta. No es el miedo lo que nos frena, sino abismos de indecisiones injustificables.

No podemos dar razones porque no las tenemos, somos así, sin más, sin que lo puedas comprender, y nunca podrás decir que no estabas avisado. No tenemos explicaciones para nuestros actos, así que no intentes buscar algo que no existe.

Creéis que somos frías, de piedra, pero tenemos posiblemente más corazón que el resto, y a pesar de todo, así es como nos llamáis, sin corazón. Somos frágiles, y ni siquiera puedes notarlo. No estamos vacías, pero no nos gusta llenarnos de dolor inútil.

No pensamos. Vivimos y sentimos más cada sensación, sin desaprovechar oportunidades, sin arrepentirnos, sin que nada nos influya, y eso no debería convertirnos en demonios.

No amamos sin querer, y a veces sin querer, amamos. Nos damos cuenta de las cosas de repente. 

No hacemos nada intencionadamente. Todo daño causado es nuestra peor pesadilla. La indecisión y las debilidades nos quiebran la cabeza, y al final terminan acabando contigo, que seguramente no hayas hecho nada malo. Pocas excepciones podrían acabar con nosotras, pero ni te lo imaginarías.

Perfectas para unos, y otros nos matarían. No tengas grandes expectativas, porque podemos decepcionarte en cualquier momento, y sin darnos cuenta. No esperes clichés, ni "te quieros" que no sean de verdad. Demostramos sin tener que decir una sola palabra, y es justo lo que buscamos que hagan con nosotras. No pedimos príncipes, no queremos príncipes. Nos agobiamos rápido, y queremos deprisa.

Somos irracionales, y es que “un día queremos dejar el mundo entero por ti, la misma noche nos aburrimos y no eres para nosotras”. ¿Y nos ves preocupadas? Lo que hacemos, lo hacemos de verdad. Preferimos pedir perdón que permiso, y las consecuencias nunca son peores que el motivo por el que hemos arriesgado. Merece la pena.

No lo estás entendiendo, ¿verdad? Es de locos, y solo entre locos nos entendemos.

martes, 17 de julio de 2012

Carretera y speed... toda la noche

Coincidencia. Rencuentro. Sonrisa. Mirada. Beso. Gemido. Llanto. Rencuentro. Final feliz.
TIC
TAC
TIC
TAC

La misma sensación de siempre tras ver una película de amor.
Suspiro.
Ilusos. No hacen películas de la chica mala. Quizá porque nadie las quiere. Quizá porque no existen. Quizá porque nadie quiere que existan.

Tan poderosa y tan frágil. Contradictorio, ¿no?

Adictiva. Droga. Te mata. Por desgracia el deseo supera al miedo de encontrarte con una de ellas.

La imaginación deja de estar bajo tu control. La has visto tantas veces que te está volviendo loco. Demasiada intriga para tantas ganas. Dale otra calada a ese cigarro de la risa. Ahora solo quieres sentir. Fingir que la tienes. Parece que puedes tocarla. Parece que puedes morderla el cuello. Se te desvanece, igual que el humo en tu garganta.

Una chica mala, que te haga quebrarte la cabeza. Intenta comprender cada palabra que se desliza por tus sábanas; cada silencio que revienta tus oídos; cada falso gemido. Lo sabes, te encanta. Quieres más. Adictiva. Droga. Te mata.


No hacen películas de la chica mala. No se encuentran fácilmente. Pocos tienen la desgracia de disfrutar de ellas. Demasiado complicadas. Demasiado impredecibles. Demasiado poderosas. Demasiado frágiles. Nunca demasiado arriesgado.

Una historia de película. Sin segundas partes. Indefinida. Sin principio, ni final. Parando el tiempo. Sólo…detenlo. Para ti. Para tu chica mala. Para que deje de ser una imaginación y te invada inútilmente.

Un abismo. Imagínatelo… y ahora asómate. ¿Ves la oscuridad infinita? Lánzate conmigo. Nos esconderemos mientras tomamos un helado en invierno.



miércoles, 13 de junio de 2012

Verdad verdadera

La desconfianza en nosotros mismos acabará por destruirnos de la manera más inesperada. Siempre estaremos dispuestos a echarle la culpa a los demás, cuando los ciegos somos nosotros. Quiérete, que nadie más va a hacerlo tanto como tú. No merecemos estar vacíos por rodearnos de gente que sí lo está, y menos, sentirnos responsables de ello.

La teoría ya está dicha, solo tenemos que llevarlo a la práctica.

martes, 22 de mayo de 2012

Comparte mi infierno


Rímel. Pintalabios. Unos tacones demasiado altos para bajar al infierno esta noche.

Hielo. Ron. Hacemos la cuenta atrás contando los grados de alcohol. 38, 20, 7…Cero.

La música empieza a perforar mi cabeza, y las eses que dibujan mis pies me abren paso al hueco de siempre. Me acuerdo de ti como cada noche, cuando puedo evadirme y fingir que te busco sin querer. Echo un vistazo. Mi demonio no está esta noche. No estás.

Unos ojos llevan siguiéndome desde que he entrado. Podría girarme y mirarle. Podría cruzar una mirada con él y que se acercara. Había que matar el tiempo de esa noche vacía.

Baila detrás de mí, me lleva contra la puerta de ese baño sin pestillo en busca de algún veneno. Solo iba a encontrar unos labios demasiado mentirosos, y una mirada fría que evitar. No sabría mi nombre, mi teléfono. Me doy a conocer entre flash y flash de luces de colores de este tugurio, mientras se preocupa de que no me escape entre calada y calada. Me busca, me dejo encontrar, pero yo no le busco a él. Yo solo quiero mi demonio. Parece que lo que nos devora por dentro es lo que más nos llena. Una pena, parecía mono. Nos cansamos de aquello por lo que no tenemos que luchar. “Capricho” es como te voy a llamar –pensé- . 
Probablemente no recuerde tu nombre cuando acabe la noche.
Paradójicamente, nos gusta aquello que no podemos tener, para llenarnos la vida de retos y hacerla más interesante; y a él, había sido demasiado fácil conseguirle. Le doy un poco de mí, lo suficiente para no matarle. No me iba a querer soltar.
Le dejo que siga recorriendo mi cuello mientras pierdo mi mirada en los azulejos, en ese espejo lleno de gotas veo cómo se corre mi rímel. Demasiado calor. De momento solo viene de él. ¿Dónde estás cuando más te necesito? Le imagino con tu forma endemoniada, son tus ojos los que me harían arder a mí. Me muerde el labio, va por buen camino.
Tira el cigarro. Parece que va a necesitar las dos manos. Sus manos debajo de mi camiseta sudada no iban a encontrar mariposas por mi tripa, sólo algún capullo que algún día dejaré volar, pero hasta entonces, hoy te sigo buscando, capullo…

El día que te cruces en mi camino… Vamos a crear otro universo. Vamos a hacer que los domingos dejen de saber a despedida y sean especiales, sin notar como duele al llegar al lunes: estaré tan ocupada poniéndote la piel de gallina… Me arrancarás la piel, mientras yo te ayudo a afilarte las uñas. Te cogería de la mano hacia el infierno, para que me dieses calor hasta que me quemases como solo tú sabes hacerlo. 
Consúmeme y luego, te dejaré mis recuerdos en ceniza, esa de la que tanta gente habla, que siempre queda.
Hazme acumular errores, hasta que el contador tenga que volver a empezar de 0. Quiero equivocarme, no hacer lo correcto y saborear cada fallo, que todos sepan a ti. 

A ninguno de los dos nos gustan las cuerdas, de esas que atan. Nos buscamos siendo locos, que de cuerdas y cordura no entendemos nada. Dame momentos por vivir, que se me están acabando, y el día que mueran, tú te vas a desvanecer con ellos.

Quizás solo nacemos para morir en el momento adecuado. Ir al cielo no iba a ser tan tentador, tan irresistible.

Tú también buscas alguien con quien compartir infiernos, para qué nos vamos a engañar. 




jueves, 19 de abril de 2012

Te sigo.

Te sigo, espero. Sé
que cuando no te miren
túneles ni luceros,
cuando se crea el mundo
que ya sabe quién eres
y diga: «Sí, ya sé»,
tú te desatarás,
con los brazos en alto
por detrás de tu pelo,
la lazada, mirándome.
Sin ruido de cristal
se caerá por el suelo,
ingrávida careta
inútil ya, la risa.


                                   Pedro Salinas.

sábado, 14 de abril de 2012

La realidad es para los novatos



[...]
Tenía los pies fríos. Me desperté.
Lo poco que quedaba de sábana se enredaba entre sus piernas y las mías.
Aún no había amanecido, o al menos eso parecía confesar la falsa luz entre las cortinas.

– Increíble – pensé.
Su brazo seguía siendo lo único que abrazaba mi piel, y ahí estaba yo, a escasos centímetros de él escuchando su respiración mientra dormía.
Me di la vuelta para volver a dormirme. Le desperté.
Sus pulsaciones se clavaron en mi espalda y sus manos se entretenían buscando mi ombligo.
– Qué bien hueles... – dijo mientras me besaba la nuca.
Después de una noche de alcohol, humo y sudor, toda mi colonia había desaparecido...
– Me encantas.

Me volvió a girar.
Nuestras miradas se cruzaban a través la oscuridad cuando el silencio lo invadió todo.
Deslizaba sus dedos por mi espalda, dejándome gritos de sus ganas. Me acercó aún más.
Jugaba con mis pestañas, bajando hasta mi boca rozando el arco de cupido hasta mi barbilla. Milímetros para juntarse del todo.
– ¿Sabes lo raro que es esto, no? – susurré.
– Lo sé mejor que tú. Ni lo pienses.

Y se encendieron luces con sus besos, saltaron chispas con sus dedos, y no acabó, se detuvo el tiempo. Mis piernas le atrapaban y competíamos por el latido más fuerte. Su pecho contra el mío, tan firme, como si el mundo se acabara en ese instante; y cuando mi respiración se agotaba, me prestaba la suya en cada embestida.

Ni un solo poro de mi piel se iba a cansar de observarle en la oscuridad.

La luz empezaba a agujerear las gotas que corrían por el cristal empañado por el calor. En el fondo lo único que quería, era verle amanecer.


domingo, 11 de marzo de 2012

Rutinas



Cuando se despertó, no recordaba nada de la noche anterior. 
A ratos intenta levantar los párpados. No consigue ver nada definido. La luz de farolas que se desliza por las persianas le ciega. Tiene sed. Otro trago.
Un amor, dos susurros, tres engaños, cuatro rotos, cinco decepciones, seis silencios, siete caladas, ocho botellas para olvidar toda una vida.
Así día tras día, noche tras noche, sin apenas recordar los últimos minutos.
Pasa la vida dejando que alguien mueva sus hilos, cortándolos, haciendo nudos asfixiantes. Escondido tras humos de colores, gotas que recorren cristales… 
Volverse a dormir, despertar, dejar de recordar...



99 palabras vacías...

Cuando se despertó, no recordaba nada de la noche anterior. 
Un nuevo olor, nueva piel, nuevas cortinas que dejaban pasar la luz de un nuevo día.
Una vez más, ella busca la caducidad, no tener memoria. Probar una primera vez infinita. La primera vez que sus piernas la abrazaban, que sus sábanas le envolvían, que amanecía cuando aún la noche no había acabado. La búsqueda inagotable de alguien a quien contarle con sus uñas la fuerza de sus latidos cuando la tocaba. Jugar a confundir respiraciones, alientos, pulsaciones, deseos...
Una vez más, buscando momentos efímeros, para así, no recordar.