jueves, 19 de abril de 2012

Te sigo.

Te sigo, espero. Sé
que cuando no te miren
túneles ni luceros,
cuando se crea el mundo
que ya sabe quién eres
y diga: «Sí, ya sé»,
tú te desatarás,
con los brazos en alto
por detrás de tu pelo,
la lazada, mirándome.
Sin ruido de cristal
se caerá por el suelo,
ingrávida careta
inútil ya, la risa.


                                   Pedro Salinas.

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