viernes, 28 de febrero de 2014

Hug

Y estaba sonando, sin saber muy bien cómo.
Y salía de mi boca. No eran máquinas expectantes, ni siquiera otra boca que hablara por mí.
Y lo dije. Que las luces te guiarán a casa y te prenderán los huesos.
Y yo intentaré arreglarte.

"Ya. Ya no puedes tocar más."

Y lo hice. Y se cumplió. Y me arregló. Lo arreglé. Igual que se repara un jarrón hecho pedazos.

Las cosas dejan de estar rotas si se enlazan con las piezas correctas. 

Si los ángulos se completan, 
si en los relojes los engranajes se congelan, 
si en los abrazos te quedas.

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