martes, 18 de febrero de 2014

La Pareja Tóxica que dominará el planeta

Sustancias tóxicas, principios venenosos, elementos nocivos para una sociedad demasiado simple. Más allá de los cuerpos, la carne o la sangre; de lo puro, el bien, el mal y cualquier dios que puedas imaginar. Almas que buscan el antídoto en el mundo del arte, del placer. Del placer de regalar arte.

Sectas que intentan cautivar mentes ya seducidas por el mal. Crean su propio Mátrix basado en las redes que ellos mismos tejen. Se enredan, se atan, se tensan, tiran hasta ver quién cae primero, a ver en quién cunde antes el pánico. El miedo a tirar demasiado, forzar la red, romperla. Caer. "Perder". [comienza de nuevo].

¿Qué tenemos miedo a perder? Si la materia ni se crea ni se destruye, ¿qué nos aterra tanto? ¿Es que hay algo irremplazable que no se pueda originar dos veces? ¿Algo demasiado dañino como para que se genere sin control?

Lo hay. Y cuando aparece, y las mentes le conceden el deseo de existir, no se puede perder, ni siquiera controlar.

A pesar de todo.

Todo.

Ese es el problema. El verdadero pánico que intentamos ocultar.

Cómo algo tan tóxico, contaminante, venenoso y extrañamente tentador no se destruye, solamente de transforma de manera incontrolada.

Pero nunca ha sido ni será más aterrador perderlo que salir de Mátrix.

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